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La cuota de amortización es el importe que debe pagarse periódicamente a la entidad financiera que ha concedido el préstamo hipotecario. Incluye tanto el pago de los intereses como del capital solicitado. Aunque habitualmente esta cuota es mensual, también puede pagarse con periodicidad trimestral, semestral o anual.
Los préstamos hipotecarios pueden ser a interés variable (en función de una fórmula, que conlleva que el tipo de interés cambie habitualmente con periodicidad anual, añadiendo un diferencial al tipo de mercado, como por ejemplo el Euríbor) o fijo (el tipo de interés es conocido para toda la vida del préstamo, lo cual elimina incertidumbres). Sin embargo en los préstamos a interés fijo el tipo suele ser algo más elevado, y los plazos de concesión más cortos.
Otra modalidad es contratar una hipoteca en moneda extranjera. Sin embargo resulta ésta una opción arriesgada, dado que el importe a pagar dependerá también de la evolución de los tipos de cambio de la divisa extranjera.
Asimismo, la cuota puede ser:
Existen distintos métodos para calcular las cuotas de amortización periódicas. El denominado sistema francés se aplica en la mayoría de los préstamos hipotecarios que se conceden en nuestro país, frente al sistema de amortización alemán. Sus principales características son: