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El conjunto se abre ya al público de forma gratuita dentro del calendario de visitas de la Ruta de los Castillos, y después mediante visitas de grupos programadas
Jesús Ascunce, Leopoldo Gil, la alcaldesa de Ujué, el consejero Sánchez de Muniáin, Carlos Erce, y concejales del Ayuntamiento de Ujué.
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El consejero de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales, Juan Luis Sánchez de Muniáin, ha visitado esta mañana las obras de restauración de la casa abacial de Ujué, que concluyen la restauración del conjunto monumental tras diez años de trabajos financiados por la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra y Príncipe de Viana. El total invertido en Ujué suma un total de 5.576.189,62 euros.
Tanto la iglesia fortaleza como la casa abacial podrán ser visitadas de forma gratuita dentro de la ruta de los castillos y posteriormente mediante visitas de grupos programadas.
Interior de la Casa Abacial.
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La planta baja del edificio principal es un espacio diáfano. Se trata de un forjado de madera con vigas dispuestas de forma radial que apoyan en los capiteles de dos pilares de piedra de sección circular. Este espacio se destina a albergar el punto de acogida turística. El volumen adosado contiene el ascensor que comunica con la planta primera y segunda, hasta llegar al nivel del atrio de la iglesia.
En la planta primera se repite el sistema estructural y la diafanidad de la planta baja, pero incrementa considerablemente su altura, ya que tuvo una entreplanta que no se ha recuperado. Este espacio se ha destinado a sala de exposiciones y puede estar funcionalmente vinculado al punto de acogida para visitantes. El ascensor emplazado en el volumen anexo, sirve a esta planta a través del pasadizo exterior cubierto que da acceso a la sala principal.
La planta de la casa parroquial está compuesta por dos amplios espacios articulados por una pieza central que los divide: en la parte norte el zaguán y en la parte sur el salón parroquial. La caja central que separa y articula ambos espacios, contiene la escalera, dos cabinas de aseos adaptadas para personas con movilidad reducida y un cuarto de limpieza. Esta distribución permite liberar el resto de la planta y destacar los muros perimetrales y la estructura de vigas, solivos y revoltones. El zaguán de la casa parroquial comunica directamente con el volumen anexo, en el que desembarca el ascensor y en el que se sitúa también el despacho parroquial. La estratégica posición del zaguán lo convierte en el lugar idóneo para albergar un punto de venta de recuerdos de Ujué.
En la planta tercera del volumen principal se han dispuesto dos viviendas: la residencia del párroco y un apartamento para invitados. En esta planta se agrupan de nuevo los cuartos húmedos y la escalera para liberar el resto del espacio. Las distribuciones de ambas viviendas buscan crear un espacio diáfano y versátil capaz de poner en valor la preexistencia. Desde el espacio de la escalera se accede directamente al edificio anexo en el que está la sala de instalaciones con su vestíbulo de independencia.
Trabajos de restauración
Aunque la piedra no presentaba ninguna patología, se apreciaba claramente que los muros habían tenido problemas de asiento que habían producido grietas considerables, principalmente en el alzado este y en los ángulos meridionales del interior del inmueble. Los muros han sido consolidados y saneados, y el mortero de las juntas ha sido picado y rejuntado con mortero de cal.
Los pilares de planta baja y planta primera han sido desmontados, dado que presentaban cierta inclinación, y vueltos a montar sobre nueva cimentación. En las plantas superiores, los pilares eran de ladrillo y las vigas de madera de los forjados apoyaban en ellos de manera excéntrica. Para mejorar la transmisión de las cargas y conseguir la continuidad de los pilares entre plantas, se han construido pilares de madera laminada de sección cuadrada.
Como ya se ha dicho, en la planta baja del volumen principal había restos de lo que en origen fue una estructura radial formada por vigas de madera que descansaban en los muros perimetrales y en dos pilares de sección circular. Hay que destacar la originalidad y gran potencia estética de esta estructura, y por eso se consideró fundamental recuperar el concepto estructural y reinterpretarlo para adaptarlo a las necesidades y exigencias actuales. Por ello se ha construido en las dos plantas una estructura radial de vigas de madera laminada sobre las que se ha colocado un tablero estructural.
La cubierta a dos aguas estaba compuesta por una viga de cumbrera que apoyaba en tres pilares y en los muros testeros, cabios y el entramado de cañizo sobre el que descansaba la teja. Se ha repetido esta configuración, pero empleando, como en los forjados de las plantas, madera laminada.
Toda la carpintería exterior es de madera de roble tratada a poro abierto. Las nuevas ventanas respetan las particiones y las proporciones encontradas. La planta baja y parte de la planta primera tienen los muros norte y oeste contraterreno. Para evitar las filtraciones de agua y las humedades en los muros, se han realizado zanjas perimetrales de drenaje; y en todos los suelos que quedan en contacto con el terreno se ha construido una solera ventilada.
En el patio exterior de acceso de planta baja se ha colocado un pavimento de adoquín de piedra arenisca. En el pasadizo norte se ha retirado y vuelto a colocar el enlosado para introducir un drenaje, realizar una solera ventilada, pasar conductos de instalaciones y adaptarlo a los nuevos niveles de pavimento necesarios para cumplir la normativa de accesibilidad. El pavimento de planta baja, primera y segunda es de ladrillo recuperado colocado a espiga. Y en la planta tercera –residencia del párroco– se ha colocado tarima de roble. En la bajocubierta –sin uso previsto– se ha dejado la solera de hormigón.
La iglesia medieval
La iglesia medieval, con funciones defensivas, fue construida en distintas fases, las más antiguas, hace 1.000 años. Se trata de un edificio románico y gótico construido con muros de sillares de piedra arenisca de gran sección, con bóvedas de cañón y de cuarto de esfera en la cabecera, y de crucería en la nave y en el coro, todas de piedra arenisca. La cubierta tiene estructura de madera y los pavimentos son de losa de piedra arenisca. Las tres naves de la cabecera están separadas de la nave principal por sendas rejas y gradas. La iglesia tiene dos portadas, en sus lados sur y norte.
El aspecto del interior de la iglesia es fruto de dos campañas de restauración llevadas a cabo por la Institución Príncipe de Viana: una en 1949-1952, dirigida por Yárnoz Larrosa y otra de 1981-1982, dirigida por Yárnoz Orcoyen. En la primera, se reconstruyó la cabecera románica y se retiró el enjalbegado de la nave gótica. En la segunda, se rebajó el nivel del suelo de la nave gótica para dejar vistas las basas de los pilares, se excavó en busca de restos de estructuras prerrománicas y se sustituyó el entarimado de la nave por un pavimento de losas de desdoble. El resultado de esta intervención fue la creación de cuatro niveles distintos con sus correspondientes grupos de peldaños.
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