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La medicación

Los principales grupos de fármacos antidepresivos son:

  • Antidepresivos tricíclicos: buen perfil de eficacia aunque presentan una alta tasa de efectos secundarios. Se debe tener precaución en pacientes con antecedentes recientes de infarto de miocardio, así como en pacientes con arritmias, hiperplasia benigna de próstata, glaucoma de ángulo abierto, insuficiencia renal o hepática, y epilepsia o antecedentes de convulsiones.
  • Antidepresivos heterocíclicos: derivados del grupo anterior, con la misma efectividad, pero con menor tasa de aparición de efectos secundarios.
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina: su modo de acción les confiere una gran tolerabilidad (los principales efectos secundarios descritos son náuseas, sudoración y alteraciones del peso corporal), y por ello son el grupo más prescrito en atención primaria.
  • Inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAOs): presentan un perfil de efectos secundarios bastante negativo, por lo que se utilizan como tratamientos de segunda línea, en caso de falta de efectividad de otras alternativas más seguras.
  • Otros fármacos antidepresivos.

Recomendación a seguir durante el tratamiento con antidepresivos.

  • Todos los antidepresivos precisan un periodo de latencia terapéutica (tiempo desde que se inicia el tratamiento hasta que comienzan a aparecer las mejoras de los síntomas) de una a tres semanas.
  • Se debe iniciar el tratamiento a dosis bajas e ir aumentando la dosis de forma gradual en caso que sea preciso.
  • A las 3-4 semanas de iniciado el tratamiento de la depresión, es necesaria la revisión del mismo por parte del facultativo, para evaluar la evolución del paciente, comprobar si se han presentado efectos secundarios y modificar la dosis si fuera preciso.
  • Si a las 6-8 semanas de prescripción de la dosis máxima el paciente no indica mejoría objetiva, se debe comprobar si el paciente está tomando correctamente el medicamento y, en el caso de ser así, valorar la conveniencia de asociar el antidepresivo a otro de distinta familia o el cambio total. En algunos pacientes puede ser preciso asociar antidepresivos a hipnóticos o ansiolíticos, por un periodo no prolongado de tiempo.
  • La supresión del tratamiento antidepresivo debe hacerse de forma progresiva, disminuyendo la dosis paulatinamente para evitar la aparición de efectos de discontinuación.


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