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El consejero Miranda ha presentado el proyecto de Ley Foral del Taxi, que regula el sector en Navarra
martes, 03 de mayo de 2005El consejero de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones, Álvaro Miranda Simavilla, ha presentado hoy el proyecto de Ley Foral del Taxi, mediante el que se regula el sector en Navarra, con el fin de modernizar y mejorar las prestaciones de este servicio de transporte público.
El citado proyecto fue aprobado ayer por el Gobierno de Navarra y será remitido, ahora, al Parlamento de Navarra para su debate.
Aunque el ámbito de actuación de la ley se extiende a todo el territorio navarro, parte de la misma se centra en la situación del taxi en Pamplona y su Comarca, en donde se prevé aumentar el número de licencias hasta 400 en un plazo de cinco años, para alcanzar un ratio de 1 taxi por cada 750 habitantes, ya que en la actualidad el ratio es de 1 por cada 1.375, lo que coloca a la capital navarra en el puesto 44 de las ciudades españolas en lo que se refiere a la disponibilidad de este servicio de transporte.
Según se recoge en el preámbulo del texto, en los últimos años se viene detectando en la ciudad de Pamplona y en su Comarca un deterioro muy marcado en la calidad del servicio del taxi. Esta pérdida de calidad se pone de manifiesto de diferentes maneras, tales como el estancamiento en la demanda y sobre todo en las abundantes críticas y quejas formuladas en diversos foros, reflejo de una creciente insatisfacción percibida por los usuarios del servicio.
La situación actual del servicio
La causa última de esta caída, ya alarmante, en la calidad del servicio radica en la ausencia de adaptación del sector a los cambios de la demanda. Pese a que en los últimos 25 años la movilidad urbana ha experimentado cambios profundos en todas las ciudades -los desplazamientos se han multiplicado como consecuencia del incremento de las tasas de actividad, las distancias de los desplazamientos diarios han crecido, los viajes a otras ciudades por motivos laborales u otros se han incrementado y los usuarios otorgan cada vez un valor más alto a sus tiempos en Pamplona y su Comarca-, ninguna de estas consideraciones ha conducido a un incremento en la oferta efectiva, sólo las tarifas se han modificado en este periodo de tiempo a una tasa superior a las del crecimiento de los precios.
Mientras otras ciudades han adaptado en mayor o menor medida sus recursos a las nuevas necesidades de los usuarios, en Pamplona, la situación se ha ido deteriorando hasta llegar a la situación actual en la que se combinan una de las tasas de licencias por cada 1.000 habitantes de entre las más bajas de España, con unos índices de utilización del servicio del taxi igualmente a la cola de las ciudades españolas.
Más significativo, aunque menos cuantificable, es el descontento generalizado de los residentes que con frecuencia buscan de antemano medios alternativos para desplazarse, siendo los visitantes la mayoría de los usuarios del servicio actualmente (los taxis captan el 0,47% de habitantes de la Comarca de Pamplona, frente al 0,91% de media española).
Pese a que Pamplona es una de las ciudades con mayor número de desplazamientos urbanos es, sin embargo la última cuando se consideran los desplazamientos en taxi. De hecho, este sector en Pamplona alcanza escasamente un 10% de la captación de viajes que el servicio del taxi capta en otras ciudades.
Además, el proyecto de ley indica que se trata de un sector mal organizado dado que no existe posibilidad de contratar conductores asalariados, con lo que los periodos de servicio fuera de la jornada normal siempre estarán mal atendidos (noches, fines de semana, etc.) y no es posible tomar un taxi libre en la calle, aunque se trata de un área con un nivel de población y de desarrollo económico elevados.
Con todo ello, la disponibilidad del taxi es escasa y ocasiona que para los usuarios encontrar un taxi sea con mucha frecuencia una tarea ardua y complicada que consume mucho tiempo y, en ocasiones, se convierte en desesperante.
Se recuerda, además, que el taxi es en España un sector especial, uno de esas pocas excepciones que escapan al sistema de competencia que inspira el funcionamiento de las actividades económicas en los países occidentales, a pesar de jugar un papel sumamente importante en la solución a los problemas de movilidad de las áreas
Objetivos de la ley foral
La regulación vigente del taxi en Navarra reside en un acuerdo de 6 de junio de 1979, de la Diputación Foral, en el que además no se regula el servicio de taxi desde una perspectiva global, sino que sólo se refiere a las autorizaciones de transporte interurbano, a los vehículos, al personal y al régimen disciplinario. Con el tiempo transcurrido, dicha normativa ha perdido su virtualidad y algunos de sus artículos no se aplican actualmente.
Se considera, por tanto, oportuna la aprobación de una Ley Foral del taxi que, desde una visión global, regule y actualice las necesidades del sector, no sólo desde el punto de vista jurídico y disciplinario sino, también, desde el punto de vista de la demanda social del usuario, de forma que éste pueda acceder a un servicio, tanto urbano como interurbano, moderno, eficaz, útil, con una mayor oferta del mismo y, si es posible, a un coste razonable y accesible.
Además de una perspectiva global para toda Navarra, la Ley contempla el caso de Pamplona y su Comarca, en donde era necesario unificar y regular el servicio en una única institución –La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona- superando la actual situación de dispersión de ordenanzas entre los 19 municipios de la Comarca.
Licencias y transmisión
El proyecto de ley regula la ordenación del servicio de taxi tanto en el ámbito urbano como interurbano, en todo el territorio de Navarra, incluso en las zonas de baja densidad de población.
Apuesta por la promoción del servicio del taxi en coordinación con otros modos de transporte público e Introduce la posibilidad de que los taxis puedan ser conducidos por personal asalariado en determinados supuestos (fines de semana, horas valle, fiestas patronales).
Según se indica, las entidades locales podrán decidir, en cada momento, el número de licencias que otorgan en función de la cifra de la población atendida y el índice de licencias de taxi que tengan en vigor para su ámbito territorial.
En este sentido, dado que ni los usuarios potenciales pueden ser incorporados al uso del servicio del taxi de forma masiva e instantánea, ni es adecuada una radical transformación del sector por las consecuencias socioeconómicas que ello podría producir, el proyecto de ley foral permite establecer un horizonte de referencia a medio y largo plazo para el servicio del taxi mediante la modificación del índice general de licencias de taxi. Y a su vez, posibilita incrementar y adecuar de forma importante el actual número de taxis a corto plazo.
Se permitirá la transmisión de licencias entre particulares, previa autorización de la Administración competente y con obligación de comunicar a la Administración el valor real de la transmisión de licencias, salvo riesgo de sanción para el adquiriente de las mismas. En este aspecto, se limita la transmisión de la licencia al transcurso de 10 años desde su otorgamiento.
Las entidades locales competentes en la concesión de licencias, podrán establecer requisitos específicos para ser conductor de taxi estableciendo, en su caso, un permiso de Conductor Profesional de Taxi donde, para su obtención, pueden establecerse pruebas de aptitud y conocimientos vinculados a la conducción de un taxi.
Otros artículos
Asimismo, se introduce la posibilidad de la explotación publicitaria de los vehículos de taxi, tanto en el exterior como en el interior, de conformidad a lo que establezcan las entidades locales.
La Ley Foral determina que todos los taxis, urbanos e interurbanos, que operan en Navarra deberán llevar y utilizar taxímetro, el cual deberá quedar implantado en un plazo máximo de 1 año. El taxímetro sólo podrá ponerse en marcha cuando el usuario haya accedido al vehículo y haya indicado el destino de su viaje al taxista. Igualmente el taxímetro deberá detenerse cuando se hay llegado a destino.
Se presta especial atención al uso del taxi por personas con movilidad reducida o en silla de ruedas, estableciendo el número mínimo de vehículos adaptados.
Los usuarios podrán acceder al servicio de taxi bien en las paradas, mediante la detención del taxi en vía pública y mediante contratación telefónica o similar.
Con carácter innovador se incluye, un cuadro de deberes y derechos de los titulares de las licencias y de los conductores de taxi, así como de los usuarios. Se regulan también las asociaciones profesionales del sector y su régimen de representatividad ante la Administración y los usuarios y se crea el Consejo Navarro del Taxi como órgano de consulta y asesoramiento en la materia.
La Ley Foral recoge un capítulo correspondiente al control, inspección y sanciones, con una relación exhaustiva de las infracciones, su tipificación y el correspondiente procedimiento sancionador, con el ánimo de fomentar la transparencia del servicio, el respeto a los derechos de los ciudadanos y la libre competencia entre los profesionales.
Se regula la creación de las Áreas Territoriales de Prestación Conjunta del Servicio del Taxi, como agrupación de municipios para la racionalización y optimización del servicio en beneficio de los usuarios. Dentro de esta regulación, se crea el Área Territorial de Prestación Conjunta del Servicio de Taxi en la Comarca de Pamplona, donde se pueden integrar los municipios de Ansoáin, Aranguren, Barañáin, Beriáin, Berrioplano, Berriozar, Burlada, Cizur, Egüés, Esteribar, Ezcabarte, Galar, Huarte, Noáin (Valle de Elorz), Olza, Orcoyen, Pamplona, Villava y Zizur Mayor, atribuyendo a la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona la competencia y gestión del servicio de taxi en el Área
En la creación del Área Territorial de Prestación Conjunta del Servicio de Taxi en la Comarca de Pamplona, la Ley Foral establece cuál es el Índice Mínimo de licencias de taxi con el que deberá comenzar a operar, si bien la Ley Foral fija un calendario para que la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona licite y adjudique las licencias necesarias para conseguir dicho índice, con un periodo intermedio que, en función de los estudios pertinentes, permita acomodar el plazo y el calendario para alcanzar dicho índice mínimo de licencias.
Concretamente, el proyecto de ley prevé pasar de las 221 licencias actuales a unas 400 en el año 2009. Para ello, se plantea conceder 90 licencias más en el año 2006, realizar un estudio de necesidades en 2007 y si éste lo aconseja convocar otras 90 licencias a lo largo de los años 2008 y 2009.
